Dónde guardar las patatas para que no se pongan verdes y tres recetas originales

12 enero
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¿En qué hogar no hay un saco de patatas? Son tan nutritivas y dan tanto juego en la cocina que es lógico que siempre haya patatas en todas y cada una de las casas. Pero, para empezar, hay que saber que no son verduras sino tubérculos, es decir, engrosamientos subterráneos de los tallos.

En la composición de la patata cabe destacar el contenido en hidratos de carbono, mayoritariamente en forma de almidón y una pequeña proporción como glucosa, fructosa y sacarosa; El ser uno de los vegetales con mayor contenido en almidón explica su aporte calórico (88 kcal/100 gramos de patatas). La fibra está presente en cantidades discretas también.

Tal como indica Marta Moreno, dietista-nutricionista de Nutrición Clinic, aunque la patata sea fuente de hidrato de carbono no es comparable con la de los cereales refinados (panes y pasta no integrales), puesto que es un alimento saciante y no refinado: «Debemos consumirla en su cantidad adecuada: siempre más verdura que patata».

Por otro lado, es fuente de vitamina C, si bien una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción. Para preservar su contenido, es recomendable cocinarlas al vapor o al horno (envueltas en papel de aluminio). La cantidad de vitamina C contenida en una patata cruda de tamaño medio equivale al 46% de las ingestas recomendadas para hombres y mujeres de 20 a 39 años con una actividad física moderada. Otros aportes como los de la vitamina B6, cubren el 21% de las ingestas recomendadas para este grupo de población.

Dónde conservar las patatas

Una cuestión a tener en cuenta cuando compramos patatas es que si no las vamos a consumir todas al momento, ¿dónde las conservamos? Según Marta Moreno, y apoyada también por la dietista-nutricionista Fátima Japón, debemos guardarlas «en un lugar oscuro, seco y con cierta transpiración», como puede ser la despensa o en el sótano, entre otros. ¿Por qué? Porque las patatas adoptan un color verdoso que se debe a la presencia de solamina, un glucoalcaloide de sabor amargo y tóxico, así que evita bolsas de plástico. Además, para guardarlas, no es estrictamente necesario su lavado, sin embargo, cuidado con la contaminación cruzada y los alimentos que tenga al lado... «Sí es muy importante que las laves antes de cocinarlas y consumirlas y, por último, nunca metas las patatas en el frigorífico porque luego al someterlas al calor tendremos una mayor formación de acrilamida (producto no recomendable)», alerta la nutricionista de Nutrición Clinic.

Cabe destacar que las patatas tienen un índice glucémico alto, y esto significa que liberan azúcar a la sangre de forma rápida, lo que se traduce en un pico de insulina excesivamente rápido y alto. Marta Moreno insta a actuar a través del cocinado de los alimentos: «Como bien sabes, no es lo mismo tomar patata cocida que patata frita, ¿no?». Pues bien, el índice glucémico de la patata en puré, al parecer, es mayor (y, por tanto, menos recomendable) puesto que está triturada. Si hacemos patata cocida, por ejemplo, el índice glucémico será algo menor.

«Una de las cosas más interesantes es cuando guardamos en la nevera patata previamente cocida», asegura Marta Moreno, que añade que, en este caso, «la patata sufre una modificación química que se conoce como retrodegradación del almidón». Esto quiere decir que se forma el almidón resistente que no se digiere y, por tanto, pasa a tener una función prebiótica (comida para las bacterias intestinales), además de disminuir el índice glucémico del alimento.

A modo resumen, almacena la patata en un lugar fresco (no nevera), oscuro y seco y consúmela en la cantidad adecuada teniendo en cuenta que es fuente de hidrato de carbono y prioriza la cocción y refrigeración como forma de cocinado.

Estas son algunas recetas para disfrutar de las patatas:

Patatas machacadas al horno

Patatas machacadas al horno.
Patatas machacadas al horno. - @danvhalling

- 400 gramos de patatas pequeñas

- 6 dientes de ajo

- 3 ramas de romero

- Sal

- AOVE

Cocinamos las patatas al vapor durante 7 minutos. También podemos cocerlas en el microondas hasta que queden blanditas por dentro.

Las dejamos enfriar y las colocamos sobre una bandeja de horno con papel vegetal.

Chafamos las patatas con un vaso, dejando que se abran y se aplanen.

Añadimos los dientes de ajo machacados, las ramas de romero cortadas, sal y un chorrito de AOVE. Removemos bien. Cocinamos al horno a 200 grados durante 15 minutos o hasta que se doren bien.

Patatas al limón

Patatas al limón.
Patatas al limón. - @about_me_maria

- 800 gramos de patatas de guarnición

- 1 limón

- 1 chorrito de AOVE

- Tomillo

- 1 puñado de edamames

- Tofu feta ('queso feta' de tofu) (opcional)

Hierve las patatas durante 15-20 minutos.

Colócalas en un bol con el zumo del limón, el AOVE, el tomillo, la sal y los edamames y mezcla bien. Pon la mezcla en la bandeja del horno con papel vegetal y hornnea 15 min a 200º con el horno precalentado.

Sírvelo con tofu feta desmenuzado por encima.

Patatas con salsa de champiñones y queso

Patatas con salsa de champiñones y queso.
Patatas con salsa de champiñones y queso. - @albitrips

- 1 cebolla pequeña

- 2 patatas medianas

- 1 cucharada de queso crema

- 150 gramos de champiñones

- 1 cucharada de AOVE

- 100 gramos de queso rallado

- Especias: pimienta negra, sal e hinojo (opcional)

Lavar las patatas e introducirlas en el microondas durante 10 minutos aproximadamente (comprobar que queden blanditas pero no excesivamente ya que si no se romperán).

Pochar la cebolla cortada en tiras finas junto con los champiñones laminados con aove y reservamos en dos mitades: una la ponemos en un plato y reservamos y la otra la trituramos con la cucharada de queso crema, de AOVE y los 100 g de queso rallado.

En la misma sartén que hemos pochado la cebolla y los champiñones, dorar las patatas cortadas longitudinalmente y reservar también.

En la sartén, incorporar la salsa que hemos triturado y dejar que se cocine durante dos minutos a fuego lento, creando un lecho de salsa.

Sobre ese lecho, añadir las patatas y la otra mitad que habíamos reservado (de cebolla y champiñones) a la sartén y por último las especias (en mi caso, hojitas de hinojo y pimienta negra molida).

Fuente: www.abc.es

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