Cómo una enfermedad benigna puede volverte estéril o propensa a los abortos

17 mayo
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La menstruación femenina se ha convertido en objeto de debate, y es que el borrador de reforma de ley del aborto en el que trabaja el Ministerio de Igualdad contempla la posibilidad de que los dolores de regla sean motivo de baja laboral.

No vamos a entrar ahí, pero sí queremos tratar la cuestión médica y aclarar de la mano de los expertos en qué consiste realmente esta condición. Para empezar hay que decir que no es sólo cuestión de dolor. Los “días del mes” pueden llegar con sangrado abundante, dolores de cabeza, de espalda, malestar general, apatía, decaimiento y otros síntomas físicos y psíquicos.

La endometriosis afecta a entre el 10 y el 15 por ciento de las mujeres españolas en la edad reproductiva y representa una de las causas principales de infertilidad en mujeres jóvenes. Esto supone que 2.400.000 de españolas la padecen, pero no es una cifra concluyente ya que "muchas mujeres que la padecen no lo saben. La principal razón de este desconocimiento es que durante muchos años se ha considerado que el dolor menstrual era algo ‘normal’ que las mujeres tenían que soportar e incluso esconder", y esto ha favorecido que muchas sufran esta enfermedad en silencio y que, además, no hayan tenido un diagnóstico, con la repercusión que esto conlleva para su vida personal en general y para aspectos concretos como el deseo reproductivo", cuenta el doctor Cristian de Guirior Martínez, especialista en ginecología del Hospital Clínic de Barcelona y profesor de Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Mujer en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Se sabe que la endometriosis es una condición de salud reproductiva -debilitante y dolorosa- que ocurre cuando el tejido del revestimiento del útero crece en otros órganos formando quistes ováricos. Pero sigue habiendo mucha confusión al respecto.

Considerada una enfermedad ginecológica crónica, un artículo publicado en la revista Lancet, rompió con esta definición 'clásica' de la endometriosis al calificarlo como lo que realmente es: una enfermedad sistémica con una multitud de efectos colaterales en diferentes órganos del cuerpo femenino, incluyendo el hígado, el cerebro, el bazo, los pulmones y el tejido adiposo.

El desarrollo de la enfermedad depende de dos condiciones que tienen que darse de forma a la vez. La primera es un reflujo parcial de sangre menstrual, que contiene células descamadas del endometrio, a través las trompas de Falopio hacía la cavidad abdominal. Para que la enfermedad siga adelante se necesita una segunda condición: la capacidad de las células descamadas de sobrevivir y dividirse en otros lugares que su posición original.

Este tejido endometrial aparece en forma de quistes llamados endometriomas, que pueden provocar reacciones del sistema autoinmune y por tanto procesos inflamatorios dolorosos, así como disfunción de los órganos. Y si los 'endometriomas' acumulan sangre en su interior durante el proceso menstrual, pueden acabar estallando y vertiendo el líquido al espacio entre órganos, provocando inflamaciones dolorosas y cicatrices que generen la adherencia entre órganos, lo cual complica mucho la patología.

El principal síntoma es un dolor menstrual muy intenso, pero también puede producir otros como el dolor al mantener relaciones sexuales o coincidiendo con la ovulación; reglas con sangrados muy abundantes; dolor pélvico no asociado al ciclo femenino, sin coincidir con la menstruación; molestias digestivas y alteraciones a nivel urinario.

Pero “independientemente de que haya endometriosis, hay mujeres que, desde que comienzan con la primera regla, en la menarquía padecen este problema, que puede ser incapacitante y conllevar un tratamiento difícil de manejar”, explica Isabel Vielsa, ginecóloga y directora médica de Clínicas Eva.

Hay mujeres que que experimentan náuseas y vómitos. Otras, literalmente, "no pueden moverse (ni siquiera levantarse de la cama), y muchas llegan incluso a sufrir desmayos y perdida de consciencia debido a su intensidad. Por eso es tan importante identificar y abordar esta enfermedad de forma adecuada", añade el Dr. de Guirior.

Pero ojo porque no nos podemos olvidar de las afectadas que son asintomáticas que, aunque tengan un grado de enfermedad elevado, no sufren ningún tipo de dolor. De hecho, muchas de ellas no saben que padecen la enfermedad hasta que las intervienen quirúrgicamente de otra patología y se descubre; se estima que hasta un 30 por ciento de las mujeres portadoras de la enfermedad pueden ser asintomáticas.

En cuanto a si causa o no esterilidad, entre el 30-40 por ciento de las mujeres con endometriosis tendrá dificultades para conseguir un embarazo, según publica este Natalben. Esto último puede ocurrir debido a la inflamación dentro del abdomen que impide la unión entre el óvulo y el espermatozoide, y a las adherencias pélvicas que dificultan el movimiento normal de las trompas o incluso las obstruyen, entre otros.

Es decir que aunque esta enfermedad no provoca esterilidad en todas las mujeres, puede ser una causa importante de ella, y si se corrige el problema eliminado el tejido endometrial desbordado, la paciente puede superar la infertilidad.

"La esterilidad va a depender del grado de gravedad. Cuanto más severa y profunda, es decir, cuanto más extendido este tejido endometrial esté fuera de la cavidad uterina, más malformaciones se producen a nivel abdominal y más difícil será el embarazo”, explica la doctora Silvia Ortega, ginecóloga de la Clínica Santa Elena.

Se estima que más de la mitad de los casos de infertilidad en mujeres jóvenes son debidos a la endometriosis, adenomiosis o una combinación de las dos. Tanto la endometriosis como la adenomiosis parten del mismo tipo de células, las del revestimiento interno de la cavidad uterina (endometrio). En condiciones normales, estas células proliferan durante la primera mitad del ciclo menstrual, bajo los efectos de los estrógenos, pero dejan de dividirse y se autodestruyen al final del ciclo, antes de ser expulsadas durante la menstruación.

Debido a causas aún desconocidas, las células del endometrio de las mujeres con la endometriosis y la adenomiosis no mueren al final del ciclo menstrual, no son eliminadas por completo durante la menstruación y adquieren una respuesta aberrante a los estrógenos durante los ciclos menstruales siguientes. De ahí que sea importante obtener un diagnóstico temprano (la media es de 9 años) con el que poder tratar la enfermedad de manera adecuada. Uno de los problemas más extendidos que entorpece este diagnóstico es que dichos síntomas se pueden confundir con los de otras enfermedades como la enfermedad pélvica inflamatoria, la enfermedad celíaca, la cistitis, el síndrome del intestino irritable o la fibromialgia, pues los mismos van desde el dolor abdominal y muscular al dolor al orinar o la diarrea.

Está demostrado que una de las consecuencias más frecuentes de la endometriosis es la esterilidad parcialque puede ser total si no se aplican tratamientos correctores o paliativos, aunque como tal no tiene cura absoluta. Pero también se sabe que las mujeres con endometriosis presentan un riesgo mayor de aborto, que podría deberse a estas sustancias anormales fabricadas por la enfermedad y las alteraciones en las defensas.

Además, los ovarios, de ser afectados, están más expuestos a la degeneración maligna por lo que en ocasiones deben ser extirpados.

Por eso a veces el tratamiento quirúrgico considera la extracción de algunos órganos como trompas y parte o la totalidad de uno o ambos ovarios. “Formas más radicales para eliminar la enfermedad son la histerectomía (extracción del útero), aun cuando este es un tratamiento que sin duda no permite la reproducción posterior”, explica el doctor Rodrigo Macaya, especialista en reproducción y endocrinología ginecológica de Clínica Las Condes.

Esto pasa cuando la enfermedad se tarda en detectar, no se corrige o no se tiene bajo control. Es entonces cuando puede obligar finalmente a practicar una histerectomía en la que la paciente pierda el útero e incluso los ovarios.

Mientras que si se detecta pronto se pueden ejercer medidas de control a base de tratamientos hormonales y antiinflamatorios que aminoren el dolor menstrual agudo, o bien administrar anticonceptivos que eviten las menstruaciones.

También se pueden administrar progestágenos, que son hormonas que inhiben la regla pero no contienen estrógeno, así como inducir una pseudomenopausia. En el caso de una detección temprana y de que no exista infertilidad, el embarazo puede ejercer una eventual defensa contra el ulterior desarrollo de la endometriosis, pues obliga a un descanso durante el cual no se producen hormonas ováricas.

Todo esto pone de manifiesto lo urgente que dar visibilidad a la endometriosis para generar verdadera atención, sobre todo en los médicos de atención primaria, y que sea abordada con la importancia que tiene. De hecho, desde la Federación de Asociaciones de Matronas de España recomiendan que ante cualquier síntoma parecido a los que se mencionan en este artículo se acuda a una matrona de referencia. Toda precaución es poca ante este problema en la vida reproductiva y sexual de una mujer.

Fuente: es.vida-estilo.yahoo.com

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