Dibujos y redes sociales, cómo influyen en el lenguaje durante la niñez y adolescencia

28 diciembre
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Los niños y niñas disfrutan de los dibujos animados en general a una edad muy temprana, lo cual, no es nada negativo, al contrario, es una buena forma de entrar en contacto con el lenguaje pero siempre hay que tener en cuenta que en función de la procedencia y el tipo de dibujos animados que se elijan, los más pequeños pueden adoptar expresiones o modismos que quizás no sean adecuadas y/o propias de su país.

El lenguaje es un ente vivo, la repetición de determinados libros, canciones y dibujos animados modela el lenguaje de los más pequeños, así como enriquece su vocabulario. Esto también significa que los niños adoptan frases que utilizan los personajes que aparecen en los programas de televisión que ven. Este mix de admiración e imitación, entonces, obliga a los adultos a cargo a seleccionar contenidos apropiados y enriquecedores para sus hijos e hijas, ya no sólo en la televisión sino también en distintas plataformas como YouTube o redes sociales, en el caso de que tengan acceso a ellas.

El debate alrededor del lenguaje se reaviva constantemente y desde Babbel como compañía educativa centrada en el aprendizaje de idiomas, estamos continuamente analizando para conocer la realidad sobre su evolución desde diferentes ángulos. Así, surge la pregunta: ¿son contraproducentes este tipo de hábitos infantiles?

Este tipo de prácticas no perjudican el lenguaje, porque éste afortunadamente tiene diferentes registros y los niños y adolescentes, si han tenido acceso a la conversación, a la lectura y a las palabras, los identifican y saben dónde y cuándo utilizar el lenguaje que corresponde. Sin embargo, los padres siempre deben estar presentes y discutir los contenidos que se ven en casa. Esta actividad ayuda a abrir los canales de comunicación entre los padres y los hijos, y que se puedan disipar dudas que pueda haber al respecto de las temáticas que se tratan o el lenguaje que se utiliza. Yo no considero que haya que desalentar el uso de estas expresiones, pero sí es importante revisar que el lenguaje que se use no sea altisonante o inapropiado.

Por otra parte, el «lenguaje de tribu» que se desarrolla cuando los niños y niñas van creciendo y se convierten en adolescentes genera en ellos y ellas un sentimiento de pertenencia. Todas las generaciones han tenido palabras propias, modismos de su tiempo, pero eso no significa que ello dificulte el uso del lenguaje formal.

“F” o “F en el chat”, por ejemplo, es un término que se originó en la saga «Call of duty», donde cuando muere un personaje la consola indica a los jugadores presionar la tecla “F” para honrar su muerte. Los centennials tomaron esta letra y la convirtieron en una expresión que se usa cuando sucede algo triste o cuando algo no sale como hubieran querido. Otro caso es, por ejemplo, Textear, una palabra que debido a su uso común se ha incorporado a los diccionarios. Así sucederá con otras palabras y expresiones, como LOL para indicar que algo es muy gracioso.

Por tanto, son parte de los códigos mediante los cuales niños y adolescentes que comparten gustos y aficiones se comunican entre ellos. También son creados en ese universo de comunicación virtual donde los emoticonos, las caras hechas con signos de puntuación, los stickers y los memes son habituales. Por supuesto, es muy difícil generalizar y decir que todas las expresiones nuevas deben de adaptarse pero, sin duda alguna, muchas de estas expresiones se convertirán en parte de nuestra manera de hablar en la vida diaria.

Lo fundamental para que el lenguaje que el menor va aprendiendo sea rico es que no se queden solamente con lo que les llega de los redes sociales y la televisión, es preciso fomentar el juego y las relaciones con otros niños y adolescentes, también es importante estar presentes cuando vean dibujos animados y seleccionar los más adecuados para cada edad y, por último, es fundamental, promover la lectura de libros.

Fuente: www.abc.es

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