Lo que nunca debes hacer si se congela el parabrisas del coche

19 enero
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Aparcar el coche a la intemperie en invierno puede ser un verdadero engorro. La gran mayoría de días es inevitable encontrarse, como mínimo, el parabrisas enteramente congelado. Pero no todos los métodos para quitar semejante e ingrata capa de todo punto incompatible con la conducción son los correctos.

Una de las imágenes más clásicas es quitar el hielo con una tarjeta de crédito, pero puede meterte en un lío importante. Y es que si vas a rascar el hielo, la tarjeta de crédito no es la mejor opción. Probablemente la tarjeta termine rota, y teniendo en cuenta la cantidad de tarjetas que la mayoría de la gente lleva encima, no tiene mucho sentido escoger precisamente una de las que más cuesta sustituir.

Otra temeridad es intentar derretirlo con agua caliente. Aquellos a los que se les ocurre esta brillante idea probablemente terminen con el parabrisas roto. Esto se debe a que está formado por una lámina de vidrio muy fina (y frágil) pegada a un film plástico (que evita proyecciones de los cristales en caso de rotura) y otra capa fina de vidrio. Si el cristal está muy frío (por eso tiene hielo) y le echamos agua caliente, el golpe térmico lo astillará igual que un martillazo.

Por último, casi igual de catastrófico puede resultar echarle sal. Puede sonar raro, pero a más de uno se le ha ocurrido gracias a las veces que ha visto que se echa en la carretera para evitar el hielo. Pero no habrán caído en que la sal no quita el hielo, sino que evita que el agua se congele. Por eso, si el agua ya está congelada, el proceso será muy lento. A eso hay que sumarle las posibilidades de rayar el cristal, y las de que la sal, muy corrosiva, estropee la chapa del coche.

Lo que sí hay que hacer

El primer truco no es precisamente ecológico, pero sí efectivo. Así, consistiría en encender el coche y encender la luneta térmica y la calefacción al máximo. El aire tardará en salir caliente y tendrás que dirigir el chorro de aire directamente hacia el parabrisas. Pero pasado un tiempo, el hielo se irá ablandando, facilitándote el trabajo de retirarlo . Solo un par de matices para esta táctica: la primera es que no olvides dentro del coche las llaves cuando salgas a quitar el hielo; puedes quedarte encerrado fuera. Y por otro lado, si se ha congelado el parabrisas a pesar de tener el coche en un aparcamiento, mejor que no sigas este consejo: podrías intoxicarte con el monóxido de carbono.

En segundo lugar, cuando la capa de hielo no es muy gruesa, podremos servirnos de un elemento clave en cualquier botiquín . Se trata del alcohol, porque su punto de congelación es más bajo que el agua. Si, como decimos, la capa es finita, podrá sernos muy útil. Si se trata de una más gruesa será más complicado, porque necesitará grandes cantidades de alcohol. Ten cuidado si se ha congelado el parabrisas a pesar de tener el coche en un aparcamiento, podrías intoxicarte con el monóxido de carbono.

Finalmente, el mejor método de todos sólo requiere ser un poco previsor y hacer una inversión mínima. Se trata de la rasqueta y el anticongelante . Por menos de 10 euros tienes las armas definitivas para librarte del hielo en un periquete. La rasqueta debe ser de plástico para no dañar el cristal, ni los marcos del parabrisas, y debemos empezar desde los bordes hacia el centro. Primero rociamos el líquido anticongelante en el cristal y luego pasamos la rasqueta: en dos minutos, listo

 

Fuente: www.abc.es

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